Publicado en domingo, 28 febrero, 2010 en Moda | 2 comentarios
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En este primer post, quiero dejar constancia de lo que menos me gusta de la Moda. Hablo de lo que tiene que ver con la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) o RSE (Responsabilidad Social Empresarial) de las grandes (aunque también pequeñas) empresas de moda.
Hay tres campos fundamentales relacionados con la RSE de la empresa de moda: la dimensión laboral, la social y la medioambiental (Elsa Martínez Caballero y Ana Isabel Vázquez Casco, Marketing de la moda, 2005, p. 322). La primera hace referencia a las pésimas condiciones laborales de las fábricas en las que se materializan las prendas que todos llevamos (explotación infantil y de mujeres en los talleres y falta de medidas de seguridad, principalmente). Bastante más visible es lo que concierne a la segunda, la dimensión social. Me interesa mucho el papel (que no responsabilidad absoluta) de la moda en enfermedades como la anorexia y la bulimia, el consumismo compulsivo o la actual espiral de produción-compra-usa-tira a la basura a la que todos estamos ya acostumbrados. El tercer punto, la responsabilidad con el medio ambiente, me preocupa (contaminación de los procesos de preparación de las fibras, perjuicio sobre quienes las tratan y producen, pero también sobre quienes las visten…), pero por suerte está surgiendo una conciencia de moda sostenible o eco-fashion, y en este ámbito nos encontramos con marcas como Fox-Fibre, Absolut Organic, Mandacarú o Egg By Susan Lazar; y también tiendas con toda clase de productos eco, como Ecomanía. También podemos mencionar las iniciativas eco de grandes diseñadores como Stella McCartney, conocida (entre otros muchos méritos) por ser contraria al uso de pieles en sus diseños.
La moda, como todo, tienes sus luces y sus sombras, y me parece importante no olvidar que no todo en moda es el esplendor que reflejan los medios de comunicación que consumimos los fashionistas. De ahi este post inaugural, desde el cariño, con el necesario espíritu crítico hacia la moda.
Lo ideal sería reutilizar la ropa, y darle una nueva estética con modistas o sastres locales. Das trabajo local, fomentas la creatividad…pero como segunda opción están fenomenal tiendas como Ecomanía, Boo Noir…ropa diferente y con principios.
Hola, Lara. Gracias por tu aportación. No conocía las tiendas que has mencionado, pero por su forma de trabajar, según lo que cuentas, las tendré fichadas. Cualquier iniciativa en ese sentido (encaminada a conseguir una moda más sostenible) es muy necesaria.
Un saludo, y de nuevo gracias.