Publicado en miércoles, 8 junio, 2011 en Belleza | 0 comentarios
Reconozco que si la moda occidental de tomar el sol desapareciera para siempre, yo, particularmente, no lo lamentaría demasiado, no me pierde la belleza de una piel morena. Pero sí me gusta ir a la playa, me encanta, y sé que la parte más brillante de una jornada de playa es el sol. Pero siempre me ha preocupado mucho los perjuicios del sol sobre la piel. Por eso me interesó tanto que InfluenZia me invitara a la experiencia con Be+, una nueva línea de protectores solares de Cinfa. La sesión fue muy instructiva, muy interesante, y por eso quiero compartirlo con todos. Intentaré ser breve, pero os aseguro que, si llegáis al final, veréis que habrá merecido la pena.
Al margen de la radiación UV, conocida por todos como los rayos UVA y UVB, existe otra radiación que no se siente pero que igualmente perjudica la piel a largo plazo: la radiación infrarroja (IR) de clase A (IR-A). La radiación infrarroja representa el 40% de las radiaciones que recibimos del sol. De estas radiaciones, el 65% es radiación IR-A, que penetra en nuestra piel hasta 10 mm (la B y la C no lo hacen y no perjudican la piel). Se trata de un calor seco que, puesto que no aumenta la temperatura superficial de la piel, no sentimos y, por tanto, no somos conscientes del daño que produce. Por eso, es vital protegerse frente a esta radiación para evitar sus efectos a largo plazo.
La gran capacidad que tienen los rayos IR-A para penetrar en las capas más profundas de la piel provoca una agresión directa en los órganos celulares, lo que causa un incremento de los radicales libres, extremadamente perjudiciales para las células. Si los radicales libres se acumulan en las células como consecuencia de las lesiones en los órganos celulares, estas sufren estrés oxidativo, lo que provoca la destrucción del colágeno. ¿Las consecuencias de esto? Desde alteraciones en la inmunidad de nuestra piel, originando “alergia al sol”, hasta el envejecimiento prematuro de la piel o un aumento de los daños en el ADN de nuestras células, que son el origen del cáncer de piel.
Por esto es absolutamente necesario tomar medidas frente a las radiaciones IR-A. Hasta el momento, el objetivo de la mayoría de los fotoprotectores era minimizar el efecto de las quemaduras solares y las lesiones externas de la piel, que eran producidas por la radiación ultravioleta (UV) con filtros que absorben o reflejan las radiaciones UVA y UVB. No se conocía hasta ahora un activo capaz de proteger a las personas de manera eficaz frente al daño producido por la radiación IR-A. Pero ahora ya existe una nueva generación de fotoprotectores que, además de hacer frente a los efectos del sol a corto plazo, añaden la prevención contra la radiación IR-A, responsable de las lesiones a largo plazo (fotoenvejecimiento y daños en el ADN).
Cinfa ha añadido a los filtros UV un activo innovador, de origen biotecnológico que protege frente a estos efectos de la radiación IR-A: Be+ Cell Protection Complex®. Este activo, patentado por Cinfa, logra combinar la fotoestabilidad junto con un efecto antienvejecimiento y de protección del ADN, aportando, de esta forma, un sistema global de defensa frente a la radiación solar: el activo cosmético Be+ Cell Protection Complex® cumple una doble función:
1. Reduce los efectos del fotoenvejecimiento: disminuye la producción de radicales libres y metaloproteinasas, que son el origen del fotoenvejecimiento.
2. Protege el ADN de la piel: favorece el mecanismo de protección del ADN celular.
El mes que viene lo comprobaré por mí misma, ya que la experiencia Be+ incluía un regalito muy especial: un precioso parasol y fotoprotectores de rostro y cuerpo que ya estoy deseando probar.
Así podemos darle a nuestra piel solo lo que quiere del sol, protegiéndola de todo lo que la perjudica. Así, sí me gusta tomar el sol 🙂
Este es el vídeo del evento Be+ con InfluenZia en el hotel Silken Puerta de América
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