Publicado en domingo, 17 junio, 2012 en Marketing, Moda | 1 comentario
La moda forma ya parte de la industria del ocio: centros comerciales, ir de tiendas, tardes de shopping con amigas… Es un comportamiento social para momentos de ocio, y como tal se relaciona y entremezcla con otras industrias del ocio, como la música o, a un nivel superior, el arte. Además, todas estas industrias generan un alto consumo, y se alimentan muy bien recíprocamente cuando van unidas.
Ya hemos analizado la asociación de moda y música y de moda y arte. Hoy comentamos tres casos recientes de marcas de moda que se aúnan con la música o el arte: Armani, Jimmy Choo, Loewe.
La colaboración de la marca de moda Armani con la cantante Rihanna sigue funcionando. Tanto Armani Jeans como Underwear presentaron su 2ª colección cápsula en colaboración con la cantante. Denim más lencería es la apuesta, que incorpora toques vintage en las prendas, con un ligero estilo pin up de los 50.
Armani ya posee todo un imperio, no solo en el mundo de la moda, con sus múltiples enseñas, sino también en la decoración, hostelería… Es una marca exitosa, hecha a sí misma y que ha permanecido ajena a las luchas de poder de los grandes grupos de lujo (LVMH vs PPR) sin por ello perder su posición en el mercado. Se trata de una marca fuerte. Pero, sin duda, su éxito crece si su colaboración con Rihanna le proporciona mayor visibilidad y unos valores que tanto gustan a su importante legión de fans: fortaleza, femineidad, sensualidad. Todos ellos suman en favor de la imagen de marca Armani.
En el caso del arte, la transferencia de beneficios no es tan evidente, pero está sobradamente comprobada con colaboraciones como la archifamosa Louis Vuitton–Stephen Sprouse. En esta ocasión, son las marcas de complementos Jimmy Choo y Loewe las que han mirado al arte para explotar su éxito comercial. Jimmy Choo colabora con el artista Rob Pruitt para la colección crucero 2013: zapatos, bolsos y accesorios de piel al estilo del arte de Pruitt, inspirado en la cultura pop y el glamour de Hollywood.
Por su parte, Loewe, en su misión de revitalizar sus orígenes, ha contado con el artista Antonio Ballester para una pequeña colección de pañuelos. A la venta durante todo el verano, en Madrid se agotaron rápidamente los primeros a consecuencia del rotundo éxito. La versión chasmere cuesta 250 euros; la de seda, 450 euros. Pero ¿qué es eso para una prenda de lujo–moda–arte? El trinomio se vende por sí solo. ¡Bienvenidos al marketing de la moda!
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/strong en las prendas, con un ligero estilo pin up de los 50.
A mi la asociación de moda y arte me gusta mucho, sobre todo si viene de la mano de Loewe