Publicado en martes, 21 septiembre, 2010 en Marketing, Moda, Publicidad | 0 comentarios
Existe en la historia del arte español un pintor llamado Julio Romero de Torres. Tal vez su nombre no te suene mucho si no eres muy aficionad@ al arte, pero algunos de sus cuadros han sido bastante reproducidos, como estos: Diana y Chiquita piconera.
En este pintor y en sus cuadros han encontrado la inspiración dos marcas de moda españolas para sus recientes campañas de publicidad. La marca de calzado Wonders (cuyo posicionamiento Made with love in Spain merece que lo comentemos a fondo en otro artículo) ha tomado de Romero de Torres las mujeres retratadas en los dos cuadros anteriores y las ha convertido (actualizadas y versionadas para la ocasión, eso sí) en la imagen de su marca, en la inspiración de su campaña y en el prototipo de su consumidora. Y no es una locura, no; han querido demostrar que el arquetipo de mujer que existía a principios de siglo XX no está tan alejado del que manejamos en la actualidad, en pleno siglo XXI. Así, las mujeres de los cuadros de Romero de Torres se ven así en la campaña de comunicación de Wonders.
No solo mujeres pintaba Julio Romero de Torres. En su retrato del torero Juan Belmonte, Loewe ha encontrado la clave para la campaña de 7 Loewe, el perfume masculino, que protagoniza el torero Cayetano Rivera. La gráfica en blanco y negro que ha lanzado la firma mira mucho al mencionado retrato, que ha sido la inspiración para el fotógrafo Luis Gaspar, encargado de versionar y actualizar el retrato para Loewe. Cayetano parece haber sido la horma perfecta para la firma de lujo: elegante, espiritual, varonil y moderno, pero también imperfecto, terrenal, femenino y clásico, el torero representa a la perfección las características de la nueva fragancia de Loewe.
Me encantan ambas campañas; les veo mayor sentido cuando recurren a un referente con solera, con espíritu y múltiples significados… me parecen así más consistentes, más valiosas. Dos marcas de moda y un artista. Una combinación exquisita que pone de manifiesto, nuevamente, cuánto de arte aspira tener la moda, y qué buena es a veces la elección de dejar de buscar lejos y quedarse en casa.
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