Lo que tienen en común Moda y Publicidad

Una de las cosas más importantes que aprendí sobre Publicidad en la Universidad, y lo hice en el primer año de carrera, decía así: La publicidad es una fábrica de sueños.
Efectivamente, la publicidad no vende productos ni servicios; vende aspiraciones, deseos, sueños en definitiva. Sin entrar en el debate de si crea necesidades, de verdad creo a pies juntillas en esa afirmación. En una sociedad en la que hace tiempo ya que no nos guiamos por las necesidades básicas y en la que cien mil marcas tienen productos iguales o muy similares, casi nadie vende productos ya. Si haces publicidad de algo, no la haces del producto, porque puede ser exactamente igual que el de al lado, por tanto estarías haciendo, sin querer, una publicidad indiscriminada para ambos y permitiendo que el otro se beneficie de tu trabajo y tu creatividad. Por eso, se hace publicidad del sueño que fabrica cada marca. Así que… sí, la publicidad fabrica, y vende, sueños.

Al igual que ella, la Moda también lo hace. No se me ocurre mejor fábrica de sueños que ella, la gran dama. El sueño de la elegancia, de la distinción, del reconocimiento, de la belleza, de la clase, del glamour, de la juventud… ese el verdadero motivo para el existir de la moda. Toda marca de moda debe saberlo y tenerlo en mente a la hora de dar cada paso, desde el diseño hasta las campañas de comunicación, pasando por imagen corporativa y filosofía de la empresa. Ese sueño deber estar en cada retazo de la compañía y de la marca. (En otro post veremos algunas recomendaciones básicas para hacerlo de forma coherente).

“No vendemos zapatos, vendemos conceptos”, afirma un directivo de Gucci. Bien podría haber dicho “vendemos sueños”. Es un término mucho menos empresarial, pero mucho más evocador. Y de eso se trata, ¿no?

Campaña P/V 2010 Gucci